Capitulo 4
Renacer
¿Sabes que es irónico?... que al
despertar lo primero que divisara fuera una araña, contando con que las he
odiado desde que recuerdo con todas esas patas asquerosas, peludas y
desagradables.
Ahora que lo pienso Jacob solía
molestarme mucho con ellas, me las arrojaba en la coronilla o me las metía por
el cuello de las camisas, una vez incluso Mithy y el en ese entonces de 9 años me encerraron en las viejas mazmorras del castillo, que por supuesto estaba
atestadas de ellas, desde esas pequeñas
de patas muy muy largas que se encuentran en cualquier esquina hasta las
horrendas tarántulas con su montón de ojillos y sus colmillos amenazantes
Sabes que es aún más irónico, que haya tenido que suceder todo
lo que de golpe estaba repasando en mi cabeza para que me diese cuenta que
Jacob en realidad siempre fue un bastardo.
Y pues cuando piensas que ya ha
llegado tu hora y descubres que un milagro salvo tu trasero deberías sentirte
alegre por ello pero luego de muchos minutos de estar así mirando a la maldita
araña que tejía en una esquina de aquel
techo viejo descubrí que el hecho de estar con vida no me hacía feliz.
Por un instante casi efímero
había pensado que tal vez habían vuelto por mí, pero aun cuando quise cree esto
la rabia seguía brotando y pensé que aun si me había salvado no se borraría lo que
ya estaba plantado en mi corazón.
Si es que ahora tenía un corazón…
Pero cuando percibí aquel aroma que pude identificar como de sopa supe que no estaba en el castillo, desde que Jacob había gritado que odiaba la
sopa mientras le arrojaba el plato
caliente a la pobre cocinera nunca más nadie se atrevió a siquiera nombrarla dentro del palacio.
El lugar cual fuera donde
estuviera era cálido, la luz del sol se filtraba por la ventana arriba de la cama que por cierto era la cosa más dura
en la que había estado, aun cuando en varias ocasiones había quedado
inconsciente sobre el suelo del coliseo de entrenamiento en una de las tantas
“practicas” del mal nacido de Jacob, que se resume en que el me utilizaba como
saco para golpear.
Ya te imaginas el dolor de
espalda al despertar luego de 3 horas.
Hasta entonces no me había fijado
en que aquella ventana tenía barrotes, ¡a si! y el pequeño detalle de que solo uno de mis ojos estaba enfocando,
cuando alce la mano y toque la parte izquierda de mi rostro esta estaba
cubierta con algo que preferí dejar allí, por el punzante dolor que me produjo siquiera rozar
esa área.
Trate de levantarme aun cuando ya
había recordado que mi pierna también había sido herida, me tomo un poco
procesar que todavía y realmente estaba con vida… el dolor insoportable se
encargó de recordármelo.
El piso si es que a eso podía
llamarle piso , era otra cosa, frió muy frió como la lengua de un sapo,
sucio lleno de lodo, veía cucarachas en
cada esquina cruzando de un lado a otro como si no les importara que era pleno
día.
Me quede un buen rato mirándolas en especial aquella que estaba en el bordecillo de un tazón sobre una fea mesilla mal trecha de madera que se veía ya bastante podrida, tazón que se suponía tenia aquella sopa que había olfateado y que dejaba impregnando de aroma a verduras el poco espacio que había.
Me quede un buen rato mirándolas en especial aquella que estaba en el bordecillo de un tazón sobre una fea mesilla mal trecha de madera que se veía ya bastante podrida, tazón que se suponía tenia aquella sopa que había olfateado y que dejaba impregnando de aroma a verduras el poco espacio que había.
Su amiga, otra
cucaracha claro, un poco más grande flotaba sobre la sustancia naranjosa muerta
por supuesto con las alas extendidas como si hubiese querido volar para
salvarse, pensé que probablemente la pobre había fallecido ya hacia medio día
por que la sopa comenzaba a ponerse rancia y las moscas acompañaban el cadáver
posándose también en los bordes del tazón.
Solo ver aquello me dio nauseas, o se suponía
que me las diera aun cuando mi estómago rugió importándole muy poco la escena
asquerosa que estaba presenciando.
Hambre si, tenía mucha hambre…
Y aun con la tentación de ir por
esa sopa no me atrevía ni por chiste a poyar la pierna…
Solo me quede sentado en el borde
de esa ¿cama? Pensando en cuan desgraciado podía ser, pero por más que tratara
de sentir compasión por mí, de echarme a llorar como lo ameritaba porque ¿acaso
no se suponía que yo era un cobarde llorón? aun con eso lo único que sentía en
ese momento era la infinita impotencia de no poder clavarle un cuchillo en el
pecho a alguno de los que había hecho que ahora estuviera encerrado en una
celda de Quebraen.
Tenía tanta rabia, dios sabe
cuanta rabia tenia…
_Escucha mujer no desperdicies tu
dinero así, ni siquiera sabemos quién es_ el trasteo de unas llaves hizo eco en
todo el lugar, ni siquiera me había interesado por tratar de chismear fuera de
mi celda, ¿para qué? Todas las prisiones eran iguales ¿no?
_Yo decido en que gastar mi
dinero, además no pudieron probar nada contra ese pobre niño, es al único que
no han reclamado pobrecillo_ las voces se hacían más cercanas hasta cuando en
menos de un parpadeo ya estaban allí parados frente a los barrotes de ese
lúgubre lugar caluroso.
Dos personas, un hombre tal vez
de los más altos que he visto en mi vida, tenía una barba de chivo muy peculiar
que de estar de buen humor seguramente me había reído y una mujer, mayor, tenía el cabello rojo sangre, me
recordó al de Rokxa enrulado y desarreglado increíblemente a pesar de que parecía
de bastante edad no tenía ni una sola cana, traía más ropa encima de la que
parecía necesitar no sé si es por eso que lucía algo regordeta.
La mujer me miró fijamente, como
si viese la cosa más curiosa del mundo, no fue con burla, no fue con desprecio,
fue con curiosidad.
_Buenos días jovencito, es la
primera vez en 4 días que te veo despierto, tienes un hermoso ojo ¿color?_ hizo
un ademan con la mano y el sujeto alto haciendo resonar las llaves rápidamente
abrió la celda.
La señora traía en sus manos un
cuenco con agua y vi vendas colgando de su hombro.
_Color verde_ dijo, me sonreía
como si yo fuese un viejo conocido y sin temor alguno ágilmente se sentó a mi
lado, el peso hizo crujir la cama incluso ladearse un poco.
_ ¿Quién es usted?_ fue lo
primero que pensé.
_Aquí la pregunta muchachito mal
educado es ¿Quién eres tú?_ no me había percatado en el momento en que el
hombre barba de chivo había entrado y se había puesto justo frente a mí,
pareció ver el plato con sopa de cucaracha por que hizo una mueca de asco y
volteo el tazón tapándose la nariz.
_Vamos déjalo ya Moisés; Ah sí,
si recuerdo que eres bastante apuesto
aun con el rostro así_ roso con su mano arrugada la parte de mi cara que estaba
lastimada y casi por instinto me aparte de ella.
Admito que no me esperaba algo así,
me esperaba enormes guardias con dientes faltantes que llegaran a darme una
paliza o a arrojarme agua fría como los que Dunne, no a una anciana y aun tipo
con rostro de cabra.
_Y dime querido fuiste también a
recolectar habiras ¿no? como el resto de los aldeanos, eso fue muy arriesgado,
las cuevas de los límites son peligrosas ya ves como acabo todo_ no entendía
absolutamente nada de lo que ella quería decir…
_Porque eso fue ¿cierto?_ y
recibí un peñizco en el muslo y una mirada peculiar por parte de la anciana,
como si quisiera que le siguiera el juego, en lo que sea que fuera lo que
estaba diciendo.
_Fuimos informados muchacho, un
grupo de traficantes de habira se
atrevió a acampar en la cueva de azis cerca del muro que nos divide de Alondre,
¡hacer algo tan peligroso!, al final tuvo sus consecuencia, ese grupillo de Alondres mal nacidos se
atrevió a cruzar el muro no sé cómo y a matar despiadadamente al grupo de
aldeanos, pero deberías saberlo ya muchachito idiota que el estar cerca de los
limites tiene sus consecuencias si no es la muerte es la cárcel_
Estaba en shock el tal Moisés
hablaba rápido muy rápido era como si me
estuviese regañando más que juzgando, era como un padre regañando a su hijo por
que se pasa de la hora de llegada a casa, o por que juega más allá de donde lo
pueda ver.
_Oh me siento tan culpable, el
viejo Thomas me dijo sus intenciones
pero no creí que fuera tan arriesgado, cuando llegue la cueva con Moisés solo hayamos a tres
personas vivas, aquel niño, ya sabes Moisés el nieto de Thomas; Ese joven Thabian creo que es su nombre, pobre estaba tan mal
herido aun el pobre no a recuperado la
conciencia aun que ya fue llevado en carreta a su hogar y por ultimo a ti
querido, tirado cerca de la entrada, para ese entonces ya el segundo grupo
que había ingresado más en la cueva los
había encontrado_ ella seguía mirándome con aquella expresión casi sin
parpadear y podría jurar… podría jurar que sentí como me susurraba que dijera
que sí.
_S..si _ solté antes de que pudiera darme cuenta de que realmente lo estaba diciendo.
_Bien muchacho dinos ¿cuál es tu
nombre?_
_Moisés ¿podrías ir por mas
vendas? creo que estas son muy pocas_ interrumpió la anciana
_Pero mujer no ves que estoy
preguntándole algo importante, ninguno de los aldeanos que estuvieron en la
cueva sabían quién era este jovencito, sé que dices que ya lo habías visto pero
aun así es importante que él me diga…_
_¡Ay ya bastan Moisés! has lo
que te pedí, luego podrás preguntar lo que quieras ve rápido _ el hombre casi
grazno cuando salió de la celda dando zancadas y murmurando seguramente groserías,
escuche sus pasos alejándose y el silencio reino en la celda…
Así estuvimos por varios segundos
en los que ella solo me miraba fijamente.
_En realidad_ susurro ella acercándose
un poco más a mí, despedía un olor a lavanda aun cuando esperaba que por su
apariencia oliera algo mal.
_Yo llegue un poco antes que Moisés
a la cueva_ sus ojos azules me hipnotizaban, casi me asfixiaban.
Volvió a poner las manos en mi
rostro y comenzó a quitarme la venda que cubría la parte izquierda de mi cara.
_Y la verdad es que, no recuerdo
haberte visto jamás por el pueblo…_ sentí como si mi corazón diera un vuelco…
vaya así que aun tenia uno…
_Pero no podía permitir que
mataran a un jovencito tan interesante, ¿no es así querido?_ tome sus manos y
las aparte pero no las solté.
_¿Quién es usted?_
_Me llaman Moragana, aunque no puedo
decirte que es uno de mis nombres preferidos_
_ ¿Porque mintió? si yo sé que
usted nunca me ha visto_
_Oh querido eso es porque no
todos los días tengo el privilegio de conocer a un Alondre _ esto último lo
dijo en un hilo de voz tan bajo que por poco no la escucho_ ¿vienes de Dunne
no?, es peculiar que te dejaran abandonado aun cuando parecías con esperanzas
de sobrevivir aun con tus heridas, también es muy peculiar conocer a uno que
nunca haya manchado sus manos con sangre_
En menos de un instante ya tenía
mi mano entre las suyas y hurgaba la palma como si estuviera leyendo algo muy
interesante.
_Si lo veo, eres extraño, ¡pero
con lo que a mí me gusta la gente extraña!_ exclamo sonriendo de oreja a oreja
sin quitarme la vista de encima sin ápice de sarcasmo _y eso de que nunca te he visto no es del todo
cierto, dije que no te había visto en el pueblo no que nunca te haya visto
antes en otro lugar_
Sip en definitiva estaba bien
loca.
_No sé de qué habla, jamás le he
visto _
_Yo sí y según yo te he salvado
la vida jovencillo la gente confía mucho en mí, así que no dudaran que eres un
viajero al que Thomas recluto para ir a extraer habira de la cueva, por los
aldeanos que no te reconocieron no te preocupes ni siquiera ellos dudaran de mí,
por algo soy la gran bruja de Dabaras!_
Brujas, había leído de ellas, ya
en Alondre el país de donde provengo no existe ninguna, según los libros de historia,
los pocos que había, ellas fueron exterminadas por tratar de revelarse contra
el rey el mismísimo Alejandro juraba haber matado a algunas cuantas, Quebraen
era uno de los pocos países en conservar todavía algunas, una razón más por las
que Alondre quería destruir por completo a Quebraen…
_¿Dabaras? _ susurre aun metido
en mis propios pensamientos donde muchas imágenes la veía a ella tratando de subirse a una escoba.
Simplemente imposible.
_Si querido la provincia en la
que nos encontramos, así como Dunne es la provincia que colinda con el límite
de Alondra, Dabaras es como se llama el lugar donde se encuentra el límite para
Quebraen, que no se te olvide es importante que recuerdes eso si te preguntan, podrías
dejarte en evidencia_
_¿Porque usted hace todo esto?, ¿porque
me ayuda?_
Sonrió y me miro con algo que jamás
alguien me había expresado.
Ternura.
_¿Acaso debe haber razones por que la gente haga cosas buenas por otros? bien te diré que es porque eres muy joven para ser juzgado por errores ajenos, porque si sobreviviste por algo ha de ser, y porque hay tanto en tu interior que podría ser de mucha utilidad en el futuro que veo para ti _ puso su mano sobre mi corazón y sentí una oleada de algo caliente que subió hasta mi garganta.
_Te espere por mucho tiempo
querido_ susurro y volvió a hacer algo que hasta ese día era desconocido para mí.
Beso mi mejilla esa que estaba
herida aun sobre la tela… no sentí dolor alguno.
Y así como si me acuchillaran,
como si me echaran aquella agua fría que había esperado recibir vinieron a mí todos los recuerdos de mi vida
en Dunne…
Todos y cada uno de ellos, las
humillaciones, los golpes, las burlas, las mentiras, las traiciones.
Jacob dándome la espalda, mi
madre, Alejandro, Adalia… todos y cada uno de los habitantes de ese maldito
país en el que nací
Y por último aquellas personas
que habían muerto en la cueva.
_Dime querido ¿cuál es tu
nombre?_
Aldeanos, no soldados, recordé aquel
sujeto pelirojo de unos 20 años que penas podía sostener la espada, ese anciano
que me había apuñalado por seguramente defender al niño que me miro como si yo
fuese un monstruo pero que no hablo para
acusarme y decir que no era uno de ellos si no un maldito Alondre.
Recordé la sensación tibia y
deliciosa, el ardor que me quemaba las entrañas.
_ ¿Dime no tienes un nombre?_
Vino nuevamente esa ola de odio
que ahora me hacía sonreír…
Si sonreía…
Sentí mis labios estirarse aun sin saber el
porqué, seguramente porque ya me había vuelto loco.
_No_ dije y supe que mi voz
sonaba diferente y supe que Jim había muerto, había muerto en la cueva.
_Está bien, ¿no te importa si te
doy uno?_
Y supe que había renacido,
renacido en alguien que algún día…
Que algún día los haría pagar.
Oh sí.
Los haría pagar a todos…
_Estaré encantado…_
(Algo así había imaginado al Jim de 14 años mírenlo bien sera la ultima vez que lucirá de esta manera)

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