Las gemas De Quebraen #3


Capítulo 3

La cueva de mi alma


He estado a lo largo de mi corta vida preguntándome  muchas cosas, cosas triviales, cosas como:

¿Realmente seré adoptado como me gritaba Jacob de niños?
¿Realmente me terminare casando con un mono como solía decirme Rokxa?
¿En realidad la luna es de queso?
¿Por qué mi madre usa tanto maquillaje?
¿Acaso nadie me quiere?

Pero hoy todas esas trivialidades parecían ser cosas estúpidas.

Porque aun cuando mi curiosidad siempre fue un problema para los demás nunca deje de preguntarme.
Era mi acto personal de rebeldía

Me di cuenta de ello apenas hace unos instantes cuando mi mente formulo el que sería tal vez mi último cuestionamiento

¿Qué tan rápido moriría?

Porque mi muerte estaba asegurada si nos atrevíamos a pasar los limites.

Parecía que era el único que tenía esta preocupación, todos los demás hablaban entre si y reían como si nos dirigiéramos a un día de campo en los llanos, supuse que Jacob tenía razón, eso de ser valiente no era lo mío y aun así

¿Por qué sentí coraje cuando él dijo que no había nacido para ser fuerte?
¿Por qué no había protestado más luego de eso?

Era como si estuviera aceptando su reto, como si estuviera dispuesto a demostrarle lo contrario aun cuando hacerlo ya no significaría ningún cambio.

Y en menos de lo esperado lo tuve de frente, el enorme muro que dividía las dos naciones  lleno de musgo y enredaderas que se adherían a él como si fuesen parte de una misma cosa.

Jamás había visto detrás de él, pero había escuchado historias, una tierra desolada, horrible, mal trecha, llena de seres bárbaros sin ningún tipo de compasión ni respeto por la vida, seres que necesitaban morir.

Me costaba imaginar gente peor que con la que estaba caminando en ese momento.

Mire hacia arriba del muro pero extrañamente no visualice a nadie cerca.

_ ¿No se supone que debería haber un guardián aquí?_

_No, hoy tenemos libre el área, suelen vagabundear los días de celebración, claro se supone que nadie lo sabe, este sitio esta tan sumergido en el bosque que casi nadie viene_ parecía que Adalia sabia más de lo que aparentaba, bueno su padre era guardián líder, seguramente de alguna u otra forma había logrado sacarle aquella información que hoy era utilizada en mi contra.

En mi opinión era que tomaban algo de confianza al pensar que nadie sería tan idiota para tratar de cruzar.

Ya sabes por eso de los Quebraenos enemigos del otro lado, la muerte horrenda y sangrienta, las leyes que lo prohíben cuando eres un novato sin supervisión etc.

Cosas obvias, obvias al menos para mí.

_!Bien!_ dije_ ya vinimos ya vámonos_

_ ¿Que irnos?, claro que no,  vamos a cruzar_

_Eso es imposible que no vez el muro eso…._

_Cállate Jim_ sip y el jefe hablaba una vez más, porque lo que él decía se hacía, pero había varios puntos en su contra en aquella ocasión.

La primera y principal  era el muro, enorme grueso, impenetrable para ninguna de las dos partes, no pude aguantar las ganas de tocar la fría roca cuando estuvimos lo suficientemente cerca de él.

Vi a todos sonreír cómplices, como si supieran algo vergonzoso de mí que solo ellos compartían.

_Si quieres rendirte puedes hacerlo Jimbo, todos sabíamos que no llegarías ni a la mitad del camino_ dijo Frank que ya había empezado a tantear el muro como si esperase encontrar algo.

_Bien si eso evita que hagamos esta tontería me parece bien, me rendiré pero vámonos ya, el festejo comenzara pronto aún es muy de día, alguien podría vernos_ sé que estarás pensando, “eres un idiota cobarde Jim” pero eso no es nada nuevo.

_Bueno entonces lárgate mariquita, no vinimos aquí solo por ti, ya todos sabíamos que te echarías para atrás, Jacob no los dijo desde el principio pero necesitamos divertimos un rato ¿no es verdad?_
Jacob por su parte sonreía de oreja a oreja triunfante, seguramente orgulloso de su acierto

_Te lo dije_ me empujo a un lado cuando paso junto a mí para tocar también el muro_ no sirves para esto_ susurro y algo se rompió dentro de mí, algo que creí roto hace mucho.

_está bien, lo sé, pero ya vámonos ¿quieres?_ hizo una mueca de desagrado y me miro con seriedad

_No, vinimos aquí por otra cosa_
Sopese un momento que podría ser aquel motivo, pensé que eso de cruzar la frontera era una broma pero….oh no, no podía ser aquello, no podía ser tan imprudente.

_ ¿No estarás pensando ir a esa cueva verdad?_ y su rostro me lo dijo todo, la cueva de las almas, así le llamábamos, era un símbolo para espantarnos con historias de niños y para hacernos sentir orgullosos de nuestro gobernador de adultos.

Un símbolo de victoria.

Del gran Alejandro.

Se dice que en su ceremonia de  iniciación un día como hoy paso los límites, cruzo la frontera y exploro los terrenos  de Quebraen.

En las cercanías del muro hayo un cueva, más profunda, más amplia de lo  que se podría imaginar, allí encontró a un grupo de soldados Quebraenos escondidos, seguramente planeando una emboscada, según las leyendas demasiado modificada con el trascurso de los años.

Dio muerte solo a todos y cada uno de ellos y trajo consigo el casco de una de las tantas armaduras ensangrentadas hechas por los Quebraenos.

Casco que aun reposaba en la pared arriba del trono.

Así que desde entonces se decía que.

La mayor gloria para un novato seria…

_Conseguiré uno de esos cascos y tal vez con suerte hasta lograre matar a algún mal nacido Quebraen_
Oh no, no, no, no, no.

_Estás loco_ susurre, era algo estúpido _ y tu vendrás conmigo, serás testigo _ ¿qué cosa?? ¿Que yo debía ir?!!

_Pero, ¡pero no tengo un arma!!_

_No necesitas una, conmigo basta soy lo suficientemente fuerte para matar a cualquiera que se interponga_

_¡Lo encontré!!_ y caí en cuenta de que aún había más gente allí, me fije en Adalia que sonreía feliz mientras empujaba uno de  los ladrillos del muro  que eran del tamaño de mi cuerpo como si pudiese siquiera moverlo, y pensé si ella también iría, era peligroso , no debía exponerle así a aquello pero a él no parecía importarle más que conseguir el honor que tuvo nuestro padrastro y nada le aria cambiar de opinión.

Mithy la hizo a un lado  y comenzó a empujar, escuchaba algo, era un ruido extraño y comprendí que habían conseguido hallar una entrada, una entrada justo en el muro.

_Desde cuando saben de esto, porque no lo se lo han dicho a los guardianes, algún Quebraen podría entrar_

_Cállate gallina_ por un momento me pareció que Sebastián estaba igual de asustado que yo, ya que al hablar su voz no sonó con el mismo todo grosero que se le acostumbra, más bien fue como si balbuceara

_Alejandro mismo me lo dijo_ ahora Sebastián y Frank ayudaban a empujar y con éxito lograban mover la enorme roca luego cuando hubo un pequeño espacio entre esta y la pared  la tomaron de los bordes para traerla hacia nosotros, obviamente para que esta no quedara hacia el lado de Quebraen si no ¿cómo lograrían ponerla en su sitio luego?

Claro, Alejandro sería el único lo suficientemente estúpido para decirle a adolecente menores de 18 que fuesen directo a una muerte segura y horrenda.

Y además era, como ya mencione según las historias, el único que sabía cómo cruzar la muralla sin pasar por la aduana.

_Ya está _ dijo Yulie y algo desagradable subió desde mi estómago hasta mi garganta, sé que no era el desayuno porque ni a eso me había dado tiempo… Ahora desearía hacer tenido mi último desayuno.

Un viento frió se filtraba por el pequeño espacio del muro, no sabía bien como aquellos hombretones de 16 años pasarían por ese hueco, porque vamos Mithy no era precisamente peso pluma.

Era Aún cundo estuviésemos tan cerca como  otro mundo, un sentimiento creció en mi interior era como si mi corazón fuese a salirse, como cuando leía esos libros a escondidas, de aventuras y héroes osados  “¿leer? Eso es de mujeres y de hombres débiles” dijo Alejandro cuando uno de sus chismosos sirvientes le dijo que me veían escabullirme a la biblioteca de mi madre (que ella ni por error usaba) solo la tenía para presumir con sus amistades de una falsa inteligencia.

Si,  era algo así como una emoción extraña, que se entremezclaba con el miedo terrible que vibraba en cada poro de mi piel.

Emoción por lo desconocido...

Temor por lo peligroso de la situación...

_Bien que Jim vaya primero_ no me di cuenta que me había quedado parado en primera fila frente a hueco del muro como ido como si no tuviese control de mi cuerpo.

_¿Que?_

_Si ve tu primero Jim, eres el ayudante ¿no? Sirve para algo_ mire a Jacob que estaba hasta atrás, no me dijo nada solo asintió

_¡Pero yo no tengo armas¡¡_

_No las necesitas, hace muchos años que la frontera está deshabitada ningún Quebraen se acerca por estos lados si no quieren ser blanco de los arqueros, no seas cobarde y muévete_ si, Frank sabia como dar ánimos!

Y sabes que a pesar de todo, a pesar de todo lo que sucedió jamás me arrepentiré de ser el primero en ver aquello.

Todo sobre lo que leí, todo lo que escuche, todo era una mentira.

Quebraen era completamente otro mundo.

Un extraño frió se filtraba por mis huesos cuando me agache y me arrastre por el hueco.

El bosque aun que era espeso dejaba un espacio para que la luz del día se filtrara entre las hojas de los árboles, era como un claro, el mismísimo suelo era algo diferente.

¿Has escuchado eso de que ves el pasto más verde en la casa de tu vecino?, pues se aplicaba aquí, el fangoso suelo de Dunne no se comparaba con el suelo de Quebraen  lleno de llano y de tréboles, ahora comprendía por que las enredaderas cubrían el muro, eran enredaderas que venían de Quebraen.

Hermoso, y amplio,  podía ver el horizonte del bosque casi interminable, podría caminar allí por horas sin sentir miedo.

_Wow_ si Adalia había dicho las palabras que yo quería escupir

Sentí nostalgia, nostalgia de un lugar en el que jamás había estado.

¿Será que debí nacer en Quebraen?

No, aun cuando el lugar parecía más hermoso que Dunne simplemente la gente era una desgracia, o ¿eso sería también una mentira? Y ¿qué tal si los barbaros éramos nosotros y yo había estado del lado equivocado todo este tiempo?

_¿Que haces? Muévete_ grito Sebastián cuando me quede parado mirándolo todo como si acabase de nacer otra vez.

_Este sitio no es como lo imagine_ susurro Yulie, como si me hablase a mí, pero sabía que solo pensaba en voz alta.

El aire era fresco, ni muy frio, ni muy caliente, la única razón por la que sentí escalofrió al pasar por el muro era que en Dunne casi siempre hacia calor.

¿Cómo era esto posible? Si nos encontrábamos uno al lado del otro? ¿Cómo podía ser tan diferente Si apenas estábamos un palmo?

_Ya casi llegamos la veo_ si Jacob tenía razón, yo también la veía y no me gustaba, era una enorme abertura que parecía dirigirse al mismísimo  infierno aun rodeada de musgo y arboles lucia como la boca de una bestia, aquella cueva me recordaba eso, fauces abiertas lista para comernos.

Estaba muy muy cerca del muro, es más podía divisarlo a la perfección desde la entrada de la cueva que era donde estaba en este momento.

_Hola~_ grito dalia y casi automáticamente Jacob la mando a callar.

_Vamos no te pongas así, no ves que es imposible que haya alguien aquí_ respondió esta con rostro burlón.

_Eso no lo sabemos_ susurre y todos parecieron prestarme atención por primera vez en mucho tiempo, para algo que no fuese burlarse de mí.

_Pues ve a comprobarlo_

_¿Qué?, y yo por qué? No lo are_ si ahora sí que no, yo no quería ir, ellos sí, que tal si había algún Quebraen allí dentro, no era bueno con las armas y aparte ni poseía una.

_Jim tiene razón_ al fin se inmuto, o se acordó por de que era mi hermano.

_Llévate esto_ me entrego una de las dagas que traía colgada del cinturón, más que una daga parecía una mini espada pesada y filosa, solo mirarla mucho tiempo podría cortarme.

Si exagero, lo sé.

_Pero Jacob_

_No te preocupes, estaré justo detrás de ti, además tú tienes mejor vista_ que mejor vista ni que caraj… sé por qué lo hacía, para seguir dándome lecciones, quería hacerme admitir que era un cobarde, era eso o que el cobarde fuese el, pero alguien que se enfrenta solo a un lobo en su examen de graduación no puede serlo verdad?

Mire a dalia que estaba allí parada con la luz del son iluminando su cabello rubio, toda aquella humillación que había sufrido anteriormente ella la había presenciado, la única razón por la que no me había avergonzado de mas era que no fue la primera vez y que ella no parecía estar interesada en esas cosas, era una de las pocas personas amables conmigo.

Y no.

No podía  rebajarme más frente a ella.
Se dio cuenta que la miraba y me regalo una sonrisa que me dio ánimos de más.

_Bien_ dije y comencé a ingresar en la cueva mirando en todas las direcciones posibles cosa que no había hecho cuando recién pase el muro, estaba tan distraído apreciando el paisaje que no me fije que había enemigos cerca.

Pero así de despistado era yo.

La cueva era todo lo que imaginaba, oscura pero no demasiado, tal vez esto se debía a la roca de luz que traía Yulie en su bolso amarrada a su cintura que comenzaba a cumplir su función, lo alumbraba todo de un violeta eléctrico.

Marcaba las sombras de forma tenebrosa y cualquier sonido extraño llamaba mi atención.

No había mucho que describir de ella, era una cueva común, roca, tierra, eco nada fuera de lo normal.

_Mira esto_ exclamo Frank.
Y me fije en lo que estaba a punto de pisar, era una armadura y adherida a esa armadura había un esqueleto ya no olía a nada,  ni había rastro de carne en el pero aun así me dio asco solo verlo.

_Esta es prueba de la victoria del gran Alejandro_ lo único bueno de esto era que cuando tomara el casco podríamos irnos de allí y yo regresaría a refugiarme en la biblioteca lejos de la celebración y de la humillación.

_Si tienes razón, pero no veo el casco por ningún lado_

_Y si nos llevamos una espada es mejor que un estúpido casco_ respondió Mithy riendo como un idiota sin comprender lo que acaba de decir.

_¿Qué cavaba de decir? Que un asco es algo estúpido?_ este paro su risa al recordar que ese era el objeto que el gran Alejandro tanto presumía, y por el que nos obligaba a escuchar la misma maldita historia, obras de teatro, canciones y hasta poemas  todo el tiempo que se le antojara.

_No, no quise decir eso solo que_ tartamudeo ante la cara de enfado que tenía Jacob_ lo que quiero decir es que sería mucho más honroso si su hijo trajera algo más osado que un casco_

El silencio sepulcral se volvió incomodo mientras yo muy en el fondo esperaba que Jacob le partiera la boca a Mithy solo por el gusto que me daría verle sangrar.

_olvídalo, vamos por esa espada_

Diablos.

No veía una espada cerca así que supuse tendríamos que ir más dentro de la maldita cueva.
Y así fue seguimos caminando y los cuerpos cada vez se hacían más, esqueletos con armaduras, algunos sin cabezas, otros sin brazos pero ninguno con espada, lo cual era raro.

_Algo no me está gustando de esto_ susurre.

_Eso es porque eres un cobarde y ya estas llegando a tu limite_ me dijo Sebastián al odio soltando una risotada que se extendió por toda el lugar.

_No me refiero a eso,  me refier…_ y me quede sin aire cuando visualice una luz… no era luz violácea de la roca, era anaranjada, como la que provoca el fuego, como la que se veía cuando prendías una fogata, aún estaba algo lejos del largo túnel pero podía jurar que había sombras, es más podía jurar que escuchaba voces, susurraban, susurraban cosas.

_Hay gente, hay un campamento allí_ exclame  escandalizado, mi voz sonó chillona, desesperada.
Cuando voltee todos se había quedado parados en seco, con los ojos muy abiertos y las espadas ya afuera de sus fundas.

_Es mi oportunidad_ dijo Jacob su expresión paso de alarma a excitación con una rapidez elogiable.

_¿Qué dices??_

_Vamos, son soldados seguramente, les mataremos y llevaremos sus espadas ensangrentadas, sabes cuánto honor nos esperaría?, lo sabes Jim_

No, no lo sabía, no quería saberlo quería irme, irme de allí, porque ellos eran soldados veteranos y nosotros un montón de adolescentes idiotas que no debían estar allí.

_Si vamos será la mayor gloria_ en ese momento no me interesaba Jacob ni sus amigos, me interesaba 

Adalia, pero cuando la mire la vi tan o más excitada por esto que el mismo Jacob.

Oh no, esto no estaba bien.

_Espera,  que tal si no son soldados, no nos han visto, aun podemos irnos_ pero ya nada sirvió, ya nada de mi parte fue escuchado por que Jacob y su comitiva ya corrían en dirección al grupillo de personas.

Y todo lo que siguió fue como una especie de pesadilla, no supe en que momento, aunque la verdad dude si irme o seguirles, pero no podía, estaba entre ellos mi hermano y la persona que me gustaba.

No podía huir lejos pero tampoco me veía incrustándole mi daga a alguien vivo.

Aun así corrí, corrí hacia ellos mientras los oía gritar y veía al grupo de personas percatarse de nuestra presencia.

En cuestión de segundos ya se hallaban luchando, escuchaba el sonido de las espadas salir de las fundas.

No eran muchos, unos 8, hombres todos, pero por alguna razón estos no cargaban armaduras, ni parecían tan fuertes como los había imaginado, es más me parecieron comunes en especial aquel señor, que luchaba con Jacob, parecía mayor de unos 40 y tantos, su rostro nunca lo olvidare, tenía el rostro desolado, aun mas que cuando vi como mi propio hermano, le cortaba el cuello.

Y entonces me paralice, porque jamás había visto a alguien morir, porque jamás había visto a alguien matar, y en ese momento aun cuando Jacob grito victorioso,  yo sentía repulsión, repulsión de verlo reír mientras ese hombre de 40 y tantos se tomaba el cuello con las manos.

Retrocedí mientras los otros pelaban, escuchaba golpear, cortar, gritar.

Vi a Sebastián atravesar  en el pecho a un sujeto pelirrojo que parecía tener no más de 20 años.

Y cuando me di cuenta de mi posición ya había chocado contra una enorme roca donde parecía haber estado durmiendo.

Algo se arrastró, escuche como algo se arrastraba por el suelo y cuando voltee con mi daga fuertemente tomada del mango, lo vi, asustado aún más que yo, con ojos llenos de lágrimas, con sus manos sucias tapándole la boca.

Un pequeño.

Un niño.

Escondido detrás de la roca, no supe que hacer, ni siquiera podía respirar.
¿Qué hacia un niño con un grupo de soldados?
Tenía los ojos rojos inundados por completo, tenía miedo...

Tenía miedo de mí...

Y casi como un acto involuntario, mi dedo índice viajo hacia mis labios e hice algo, algo como un shhhhh.
Por qué así como ese pequeño estaba yo igual de horrorizado.

_Jim_ grito Jacob y cuando regrese el rostro para ver que sucedía, cuando por fin Salí de mi ensimismamiento me recibió el dolor.

Un corte fino, un corte con la punta de una espada en la parte izquierda de mi cara, la sangre me cubrió el ojo y la boca.

Me acababan de cortar la cara, sé que grite desgarradoramente y arroje la daga al suelo para cubrirme el rostro,  el que me había atacado aprovecho esto para enterrar la espada en la pierna derecha.

Jamás ni aun con los azotes que a veces me proporcionaba Alejandro había sentido tanto dolor.

_Aléjate de el_ grito aquel sujeto, abrí mi ojo derecho y vi la cara del hombre, casi un anciano tenia barba blanca pero parecía aún bastante sano. Eso fue todo lo que pude apreciar de el antes de que una espada le atravesara el pecho, era Frank el que ahora me veía desde arriba, no parecía preocupado, es mas no creí siquiera que haya tratado de salvarme, sonreía, había sido solo para matar a alguien, no para rescatarme.

Caí en el suelo y estuve allí un rato hasta que Jacob me tomo del hombro, mi mano ya estaba completamente lleva de mi propia sangre algo le escuche gritar.

Algo que me costó entender, como un “viene más

_Debemos irnos de aquí viene muchos más_ todos parecían ilesos, excepto por Mithy que parecía haber sido herido en la rodilla, y aun que por fin lo había visto sangrar debo decir que en ese momento no podía disfrutarlo.

_¡Camina Jim!_ dijo Jacob arrastrándome.

_Necesitamos más ayuda con Mithy, no puede caminar, y Sebastián se ha lastimado el brazo, yo estoy llevando las espadas  de los Quebraenos no puedo hacerlo  y Frank no puede solo con el _ grito Yulie.

_¡Adalia, ayuda a Mithy!_

_¿Qué? ¿Yo?, no puedo con el ayuda tu Jacob_

_¿Que no vez que estoy ayudando a Jim?, entonces ven tú y ayuda a Jim y yo iré con Mithy_

_Tampoco podre con él, que no vez que si acaso camina, al menos Mithy hace un esfuerzo _ Adalia ya no tenía su acostumbrada voz dulce ahora sonaba alarmada, casi histérica.

_ ¡Vamos Jim camina! _ no podía,  lo intentaba pero resultaba muy doloroso y el sonido de los Quebraenos acercándose se hacía más intenso.

_ Dejare las espadas y ayudare a Jim_

_Estás loca Yulie para eso vinimos no dejaremos las espadas_ grito Mithy igual de histérico.

_Muévete Jim_ lo intente pero solo caí aun con el agarre de Jacob  y los Quebraenos ya estaba a la vuelta de la esquina.

_Si seguimos así moriremos todos_ grito Adalia sosteniendo el brazo de Jacob que me había dejado caer al suelo del todo.

_Lo se_ susurró mirándome_ lo se_

_No podemos perder tiempo Jacob vámonos_ ¿irse? De que estaba hablando.

_Pero Jim_

_Olvídalo debemos ayudar a Mithy él es más fuerte y camina mejor _alce el rostro y vi a Jacob frente a mí con Adalia halando su brazo, los otros ya estaban cerca de la salida, los escuchaba lejanos, vagos pero los escuchaba, al parecer Jacob había logrado arrastrarme hasta donde la luz del día ya se filtraba por la cueva pero aun así yo seguía en el suelo y el seguía sin inmutarse por levantarme.

_Jacob_ grito Yulie, él estaba como en un estado de shock no se movía, no parpadeaba si acaso respiraba.

_Jacob_ exclamo Adalia cuando ya casi podía verse a los soldados Quebraenos.

_Jacob_ susurre y mi voz salió rasposa como si fuese de alguien más, estire el brazo el que estaba lleno de sangre de mi rostro hacia él, lo estire lo más que pude pero no logreo alcanzar ni siquiera su tobillo y supe que era por qué se estaba alejando lentamente.

Alejando sin mí.

_Jacob ¿qué hace?_ dije.

_Vamos rápido, olvídate de él, no tenemos tiempo_ decía la chica que alguna vez considere como la más hermosa del mundo, y los mire a todos, parados en el umbral de la cueva, mirándome, mirándome sin compasión alguna. Sin atisbo de ayudarme.

_Jacob ayúdame_ grite lo más que pude, pero él.

El solo negó, su cabeza se agito de forma negativa y juro por los dioses que recordare siempre su cuerpo dándome la espalda, halando a Adalia y corriendo lejos.

Lejos de mi cuerpo en el suelo que se arrastró hacia el en una desesperada lucha por seguirle.

_Jacob_ le llame_ Jacob ayúdame, Jacob. Jacob, Jacob no me dejes_

Pero en un segundo ya no había nadie a quien gritarle, se había ido, se habían ido sin mí, aun estando tan cerca de la salida, aun estando tan cerca de salvarme, aun siendo sangre de su sangre.

Y sabes algo en ese momento con mi mano estirada hacia el vacío, con mi cuerpo sobre el suelo con la sangre saliendo de mi pierna.

Cuando el shock se difumino.

Comprendí tantas cosas, comprendí que la persona que decía quererme me había abandonado, comprendí que la chica que creía amar me había despreciado.

Comprendí que todos eran unos mal nacidos

Y allí en el fondo de mi alma en una cueva oscura, esa que se había mantenido sellada por años, esa llena de sentimientos que reclamaba por dejarlos salir,  todo eso que debí dejar escapar desde hacía años, que se iba acumulando cada día,  ese sentimiento en específico el que ahora predominaba en cada hueso de mi cuerpo…

El odio.

Por qué en ese momento los odie, a mi madre, a mi padre, a Jacob, a Dunne, a Adalia, a todos y a todo.

Los odie con todo lo que mi corazón moribundo  me permitió.

Era amargo y caliente, casi me quemaba las entrañas, se subía a mi garganta convertida en la más pura rabia.

Mal nacidos, desgraciados, malditos, desalmados.

Eso eran, solo merecían la muerte.

Y el sonido de personas acercándose dejo de darme temor, ahora solo quería gritar.

Gritar todo lo que sentía.

Lástima que en ese momento todo se volviese oscuro...




1 comentario:

  1. ¡Me encanta! Ha sido un capitulo muy emocionante. Que muero por saber que pasará con Jim

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